Aqui os dejo mi ultimo articulillo de opinion publicado en el Diario Ideal de Granada hace 2 o 3 dias como carta al director.
Un saludo
TENGO SED
Granada siempre ha sido una
ciudad que ha sabido manejar relativamente bien el agua, y es que gracias a
dios por ahora no nos falta.
Conocidos son por todos los
juegos de agua de la alhambra, acequias árabes, fuentes…
Pero el manejo del agua lo hemos
olvidado.
En una ciudad como Granada es muy
muy difícil encontrar agua para beber sin tener que entrar a un bar o comprar
una botella en una tienda.
Al contrario que en ciudades
turísticas como Roma, donde su Ayuntamiento sabe que el agua es un bien
universal.
¿Tan difícil es colocar un buen
número de fuentecitas y surtidores en lugares estratégicos de la ciudad?
En una ciudad de clima mediterráneo
como Granada, que alcanza tan altas temperaturas en verano, debía ser obligado
un gran número de fuentes por toda la ciudad. Fuentes con marcado diseño
granadino, como han hecho todas las ciudades turísticas importantes a lo largo
de la historia.
El ofrecimiento de agua en la
calle, ya indica al visitante y al autóctono que se encuentra en una ciudad que
abre sus brazos y ofrece su agua (que no es poco).
Ahora que tan difícil es gastar
dinero en obras faraónicas, es cuando se debe ir al detalle, que no necesita de
tanto y buscar un mobiliario urbano propio que sea seña de la ciudad.
Mamotretos por nuestras calles
que acogen propaganda, los encuentras por todos lados… pero mobiliario urbano
necesario y acorde por la ciudad se encuentra poco.
Toda ciudad que se digna
turística, encuentra en el mobiliario urbano un objeto de muestra y orgullo de sí
misma. Pero nosotros no, ya que nos hemos dejado en las manos de la empresa
multinacional J. D. Decaux, y claro, nuestras papelaras paradas de bus se
encuentran tanto en la Alhambra, como en cualquier parte del mundo.
Pero no solo eso, nos quejamos de
los jóvenes que orinan en sus noches de juerga por las calles… Y justamente la
semana pasada, vi a plena luz del día en el bulevar de la constitución un
abuelo acompañado de una monjita orinando en los árboles.
Pero no se le puede echar la
culpa ni a él ni al joven sino a un ayuntamiento que no apuesta por servicios
públicos sean los que sean.
En nuestra ciudad, contados son los servicios públicos para
orinar, y en algún lado habrá que hacerse…
Por eso, ahora que las grandes
obras faraónicas son impensables, acudamos al detalle, que como dice el refrán:
“en el detalle se encuentra Dios”.
Arq Saul
Para ver el articulo en PDF segun lo publicó el Diario PINCHA AQUI